Tras mi propio rastro- Hechizos

sábado, 29 de enero de 2011

Cuando pienso en ti, mis manos -mi cuerpo- se vuelven hostiles y fríos al resto de los vivos (tú estás como muerto). Siempre sospeché que te gustaba más que yo fuera una desconocida, siempre he creído que te emocionaría más imaginar mi sonrisa que tenerla desbordante y grotesca enfrente o me estoy volviendo paranoica. Una extraña se equivoca menos, no muestra su rostro descompuesto en la mañana; las extrañas son una estatua negra con perfil altivo.
En asuntos paralelos: ya me harté de los perros, quiero un gato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario