Tras mi propio rastro- Hechizos

sábado, 24 de marzo de 2012

Burocracia del recuerdo

Los recuerdos se clasifican por sí solos. Supongo que hacen reuniones semanales y se agrupan según algún parámetro secreto que deciden, sobre el que nuestra vida cotidiana va marcando una sutil influencia. A veces me sorprende como banalizan y reducen a las personas bajo etiquetas tan simples: "fuimos amigos", "estuvimos enamorados", "dormimos juntos un par de veces", "el sexo no era tan bueno", "su inteligencia era insuficiente", "no lo recuerdo, no lo recuerdo". Puede hasta resultar indignante darte cuenta de que las personas más preciosas han sido reducidas a tags cursis, a etiquetas clichés, pero así funciona, así es más fácil. No podemos guardar el peso de tantas sutilezas.

domingo, 4 de marzo de 2012

Gris de noche

Los paseos nocturnos de Reiko se han convertido en más que mera responsabilidad como dueña, es mi oportunidad diaria de reconciliarme con el Centro Histórico. Caminando, encuentro a los durmientes bultos variopintos sembrados entre las macizas columnas de roca frente al Zócalo; una cuadra entera de gris, paredes rojizas, pero apagadas, banqueta de cemento, botes de acero, y junto al bote una festiva cajita de La Ideal, con motivos azules y blancos, ligeramente salpicados de rojo; más adelante, junto al bote de la basura otra vez, botellas de licor barato y después; una mujer leyendo, sentada en la maceta de un árbol de tronco gris, leyendo, extrañamente, a la luz de un farol en mitad de la noche. La gringa vagabunda, por el final de otra cuadra, intentando estafarme por enésima vez. Y ya llegando a la calle de Motolinia surge una incesante comezón en el pezón izquierdo que exige mi mayor creatividad apaciguar. Hay días en que todo esto resulta inspirador y pienso que si escribiera algo, tendría que ser sobre las impresiones que tengo de este lugar.