Tras mi propio rastro- Hechizos

lunes, 29 de abril de 2013

Otra forma de colmo

Se me volvió costumbre llamar a los días malos, hasta he ampliado mi lista de adjetivos para incluir sutilezas y que este malestar no suene tan tedioso. Aparte de las nimiedades de denominación, hay un monstruo con patas y cuernos y colas que se instala sin miramientos y no importa cómo lo llame o si pretendo ignorarlo, causa sus estragos en mi ánimo sin compasión. Síndrome premenstrual no hace justicia a su naturaleza diabólica. 
Al salir de clases me consolé el hambre pensando que cuando llegara a casa había un envase de queso Philadelphia con pasta puttanesca que preparé hace una semana. Compré un snack para el camino y cuando llegué a casa estaba tan de buen humor que me decidí a preparar arroz teriyaki de bolsita. Abrí la ventana porque corría un viento agradable y el olor concentrado de Reiko no es para relajar a nadie. El agua estaba hirviendo en la olla y puse el arroz duro con polvo y vegetales petrificados dentro, tomé la bolsa para revisar las instrucciones y tuve que lanzar un grito, uno de esos gritos instintivos de auxilio antes de darme cuenta de que la bolsa se estaba quemando, gracias al efecto del viento sobre la flama, y mi dedo junto con ella.
Las ventanas se cierran hasta nuevo aviso.