Tras mi propio rastro- Hechizos

lunes, 18 de octubre de 2010

Beauty pump in velvet...

Desde que las vi no podía esperar el momento de ponérmelas. Salimos a hacer la sesión de fotos (que no las incluyó) y estuve anticipando el momento todo el tiempo que duró. Al regresar me puse mi ropa y las tomé de bajo todas las prendas revueltas sobre la cama, corrí a la sala y cual zapatilla de Cenicienta me quedaron a la perfección. Suaves, lujosas y deslumbrantes sostenían mi figura. Eufórica como niña subí las escaleras lo mejor y más rápido que pude para enseñárselas a Manuel; y terminé enseñándolas a todos en el piso. Caminaba en círculos con la cabeza hacia abajo admirándolas, levantando la pierna para mirar mejor, haciendo estimados del precio, lamentando tener que quitármelas, así que pedí a Manuel que me tomara fotos con ellas: un gesto increíblemente cursi, de turista.
El coordinador de moda creyó que había huido. Para mi desdicha fue sólo un secuestro exprés. 4.2 pulgadas abajo, de vuelta a la tierra, me encontré descalza sin saber dónde había dejado mis botas.

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