Las lágrimas corren una tras la otra, diáfanas sobre mi ojo y negras hacia la barbilla, y más abajo la garganta duele por el esfuerzo de contener el ruido. Mi miseria se refleja en un ridículo gesto de mimo sufriendo. El dolor se burla de mí. Los fracasos, la depresión crónica, el cambio de peso; todo es un pequeño circo de pulgas para Él; pequeño círculo de nimiedades en que estoy presa.
Tras mi propio rastro- Hechizos
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