De un momento a otro, cuando asoman apenas la vista y el seso de mi inmersión, todo esto me parece adorable, correcto. El olor a gardenias; el pequeño y perfumado regalo que me diste ayer, la taza medio vacía de té junto a mi computadora, Reiko acostada a mis pies, un ensayo recién terminado y un poquito de sueño.
Tras mi propio rastro- Hechizos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario