Tras mi propio rastro- Hechizos

martes, 21 de diciembre de 2010

Carretera

Ningún otro navegante, este pareciera ser sólo mi camino. Unas escasas líneas pardas alrededor denotan el resto del mundo y en lo iluminado del frente los fantasmas pasan, se suceden, uno tras otro, idénticos y en la mecánica de siempre: destellando y extinguiéndose para siempre en el pasado.
Y lejos -pero no tan lejos para desesperanzar- aparecen las primeras luces de la ciudad.
Conforme me acerco se vuelve más difícil distinguir las luces de los fantasmas deslumbrantes, que en su fila más y más apretada, iluminan con tanta intensidad que mezclan el pasajero camino con el futuro resplandeciente.

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