Tras mi propio rastro- Hechizos

domingo, 31 de mayo de 2015

La espera

Escribir. Borrar. Volver a empezar. Esto es lo único sensato que se me ocurre decir, a partir de ahora vienen los balbuceos. 
Durante la última semana he experimentado pequeñas ráfagas de lucidez respecto a mi situación actual que son cada vez más articuladas, puesto que ya no vienen en la forma pura que me hace sentir un derrumbe interno, sino que llegan como nociones. Conclusiones respecto a temas de orden  narcisista. La primera noción tiene que ver con eso mismo, mi absoluta incapacidad para enfocar mi energía, atención o esfuerzo en algo ajeno a mí. La segunda es que ya voy a cumplir 26 y no puedo más que reconocer que ninguna de mis expectativas pasaron de ser eso. 
Todavía detesto mi cuerpo. Todavía no puedo entablar una conversación agradable con nadie. No puedo escribir. No puedo ser feliz. No puedo dar ese susodicho primer paso, el primer paso para salir de este lugar detestable. No puedo dar gracias. No puedo disfrutar las "pequeñas cosas". La mayor parte del tiempo no encuentro nada que celebrar. Pienso constantemente en las ausencias. 
Vivo en un dolor constante, quieto y adiestrado que ojalá me volviera loca, pero solamente me tiene esperando.


No hay comentarios:

Publicar un comentario