Tras mi propio rastro- Hechizos

martes, 26 de mayo de 2015

La respuesta

Es como dormir, pero de forma misteriosa sabes que en otra vida fuiste uno de los estudiantes de cine que ahora buscan, entre montañas de cintas apiladas tan altas como los Alpes... Uno, dos, tres. ¿Y qué buscan? Yo soy el tercero, el burlado. No voy a sobrevivir, esto también lo sé.
En sueños aparezco atormentado, como una joven que luce triste la mayor parte del tiempo, tiene un pajarito enjaulado y vive en un departamento minúsculo donde colecciona objetos de todo tipo. Pareciera estar atrapada en ese espacio. Cuando sueño con ella despierto triste, anoche, por ejemplo, intentó suicidarse y mis propios alaridos y sudor me despertaron.
Nadie cree que me tocó. En el estado fantasmagórico en el que yacía sobre la cama escuchaba sonar el teléfono, pero no podía moverme. De repente algo -un cuerpo- pareció acomodarse al pie de la cama, contra las plantas de mis pies y fue como si dos piezas por fin se unieran, y dijo "Vamos". La fuerza no me alcanzó para responder que no, pero ¿quién era y a dónde iríamos? Poco a poco la sensación en los pies se fue. Luego sentí en el torso el tacto de diminutos dedos, dos manos de trigo me jalaron y esta vez escuché "Ya nos vamos". Estaba petrificada y muda, pero logré gritar "No" e inmediatamente después me levanté a responder el teléfono. Me dolía la garganta. Estaba aterrada. 

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