Tras mi propio rastro- Hechizos

jueves, 21 de mayo de 2015

Nadie se acuerda

Hace más de un año que no escribo nada aquí, tal vez porque tomé la costumbre de llevar un diario que consume tinta en lugar de dolores de cabeza. En ese diario tampoco sucede mucho, a decir verdad cada vez escribo menos porque ¿para qué? Y como dejé de escribir ahí regreso acá, con la esperanza de que los días recobren el sentido y yo pueda sentirme un poco menos angustiada y menos ansiosa. A veces la única manera de sobrevivir tanta nimiedad es pretender que los pequeños acontecimientos de la vida cotidiana son otra cosa, una cosa al menos digna de ser verbalizada, transmitida por medio de palabras -para que alguien o nadie reciba el lamento.
Reiko yace dormida a mi lado sobre la cama y sobre Noticias del imperio, hoy la ciudad está fascinada por un halo solar, en la calle todos tienen la cabeza torcida hacia el cielo, todos sacan fotos con sus celulares y luego siguen su camino. Cuando volteé a ver qué era eso que jalaba los ojos de los transeúntes hacia arriba encontré ese arcoíris circular y me pareció que no podría anunciar nada bueno (eso me dijo el primer vistazo), pero ahora sé que anuncia lluvia.
Me pregunto cuánto tiempo más va a seguir viéndonos ese ojo.

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