Tras mi propio rastro- Hechizos

sábado, 12 de junio de 2010

Ver la misma cosa


Caminaba: paseaba a Reiko. Sin darme cuenta alcé la vista para ver el edificio del otro lado de la calle, del lado izquierdo. Sin percatarme fui viendo la barandilla de roca que se perfilaba en lo alto contra el cielo nocturno, vi pilares idénticos sucederse: peones pegados con cemento al borde, mi mente descansaba acurrucada en la secuencia y de pronto una nueva figura la hizo reaccionar, esta también se repetía, pero sin regularidad. Parecía una figura humana petrificada, parecía llevar un sombrero. Conforme seguí acercándome la confusión fue incrementando: ¿por qué querrían hacer creer que hay alguien ahí arriba?, ¿de qué año es este edificio?... Me sentí acechada. Las preguntas seguían corriendo mientras contemplaba al chino guardián, lo veía con recelo, con fascinación, con entusiasmo al pensar en quién lo decidiera poner ahí, intentaba vislumbrar sus facciones a pesar de la gran distancia a la que nos encontrábamos. La caminata me acercaba y de un instante a otro el vigilante se apagó, desapareció al negro de un pilar con plato decorativo. Me percaté entonces, inmediatamente, de la regularidad de estos ornamentos. Extrañé al guardia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario