Tras mi propio rastro- Hechizos

sábado, 24 de diciembre de 2011

Navidad

Me pregunté qué pasaba hace un año, en el molde del calendario en el año pasado. Los registros indican pérdida de peso y de inspiración. Ahora estaría ayudando, aunque con bastante indulgencia, a mi madre a preparar la cena, hoy sería noche de envoltura de regalos; mi parte favorita del evento, probablemente tendría las piernas adoloridas por las compras hechas con prisa. Me acercaría al árbol para olerlo, pediría a mi hermano que bajara el volumen de la televisión para poder leer. Saldría a fumar un cigarro y miraría alrededor con una sensación entre nostalgia y culpa por no vivir más con mi familia, el frío sería reconfortante. 
Bajo esta nube de suposiciones, del otro lado de la proyección, me encuentro varada en el edificio número treinta y nueve. Hoy no hubo electricidad durante el día. Ahora estoy en Starbucks y tengo miedo de volver a casa, de prender la luz y encontrarme sólo con la miseria de mi piso no adornado, polvoriento, lleno de pelos, la luz debería permanecer apagada. En el triángulo, el único, que no puedo ver cuando abro la puerta, se agita de emoción Reiko, la estrella navideña de este año.

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